[ Fotografía ] Mónica Moyah
Cuando propuse este tema pensé que se apuntarían personas que, como yo, querían conocer de cerca la trayectoria profesional de una persona con un alto cargo para poder empatizar mejor con la figura de los jefes.
Sorpresa mayúsculas cuando al presentarnos todos descubrí que la única empleada era yo. ¡Esto me ilusiono! todos estos jefes querían compartir experiencias y aprender a ser mejores en su trabajo y con sus empleados.
Nunca he sido jefa, pero en varias ocasiones he coordinado equipos. Mi mayor responsabilidad yo la entendí como la de conseguir que esas personas se sintieran parte fundamental del proyecto, libres siempre de exponer sus opiniones e ideas y en confianza para que, ante cualquier dificultad, contaran conmigo. Mi mayor satisfacción fue saber que se habían sentido valorados, respetados y felices desarrollando su trabajo desde el primer día al último.
Descubrir y potenciar en ellos todo su talento solo se consigue conociendo bien a cada una de ellos. Hicieron un trabajo magnifico y el ambiente fue inmejorable. Para ello nunca tuve que vigilarlos, exigirles, cuestionarlos ni imponer ningún tipo de distancias para alcanzar los mejores resultados. Y si alguna vez pensaba que las cosas se habían podido hacer mejor yo me incluía en las mejoras. Siempre me preocupe de que supieran el buen trabajo que estaban haciendo y en dejar clarísimo que no hay trabajo pequeño.
Bien es cierto que yo tampoco era jefa pero si su responsable inmediato. El día que termino su colaboración sentí verdadera tristeza, y siempre que he visto la ocasión les he recomendado para seguir trabajando con nosotros. Creo que la confianza mutua y su calidad como personas y profesionales lo hizo posible.
Cuando le pedí a Barbara que se viniera de «experta» a contarnos su experiencia me dijo que si enseguida. Es generosa, cercana y normal. Para mi tres cualidades fundamentales para todo en la vida pero para dirigir equipos aún más. Ella es joven y tiene un cargo de gran responsabilidad dentro de su empresa. Pudimos conocer su trayectoria profesional y tome buena nota de lo importante que es valorarse uno mismo desde la humildad pero con seguridad, aprovechando las ocasiones cuando se presentan y dando un paso adelante con valentia y respeto. Escuchándola me dí cuenta de que nosotros somos los culpables de lo que nos pase; el miedo, el endiosar a los jefes, la falta de naturalidad, espontaneidad y comunicación con nuestros responsables son muchas veces motivos que provocan que nos retraigamos y no crezcamos profesionalmente.
Para Barbara la iniciativa y la capacidad de resolución es la cualidad que más valora en sus trabajadores. Las ganas de aprender, la responsabilidad, la implicación, el compromiso, la alegría son fundamentales para crear buenos ambientes de trabajo. Yo creo que para que los empleados se sientan así los jefes han de ser personas a las que admirar pero también cercanas con las que puedas dialogar sin miedo, dar ideas, transmitir mejoras y también sentimientos. Cuando nos sentimos valorados, respetados y seguros la implicación, el compromiso y la alegría son una consecuencia lógica.
Los jefes no son nuestros padres; su paciencia no es infinita, su trabajo no es ir detrás de nosotros para que hagamos las cosas, no tienen que alentarnos constantemente y mucho menos intervenir entre conflictos con otros compañeros. Un trabajo es a día de hoy una gran oportunidad para demostrar de lo que somos capaces, y si el jefe es bueno, generoso y capaz lo valorará como merece. Si no lo hace habla con él y ,si es que no es un buen jefe, replanteate tu situación laboral. Tu mejor que nadie sabes lo que vales y todo lo que podrias aportar.
No olvidemos que los jefes son personas y como tal hay de todo. También se equivocan, se estresan, agobian y hasta lloran pero es probable que nunca lo parezca. Para mi esto es un error, creo que la autoridad y admiración no se consigue pareciendo inhumano sino todo lo contrario.
Creo que las empresas horizontales son mucho mas efectivas que las verticales donde solo puedes hablar con tu responsable inmediato y la jerarquía está por encima hasta del sentido común.
No es fácil ser jefa pero si yo lo fuera habría aspectos fundamentales en mi equipo:
- Conocerles
- Escuharles
- Darles oportunidades de demostrar su talento
- Insistirles en que siempre pueden hablar directamente conmigo
- Preguntarles
- Compartir entre todo el equipo los logros y fracasos
- Conocer siempre el trabajo y talento de todo el equipo para crear y aprovechar sinergias
- Siempre alentarles y reconocerles el buen trabajo
- Insistir que no hay trabajo pequeño
- Confianza en ellos: valorarles por su trabajo no por sus horas de oficina
Barbara insistía en que siempre había tenido suerte con sus jefes, pero también en que ella siempre había sabido aprovechar las oportunidades para demostrar que había otra manera de hacer las cosas.
Todos los invitados pudieron aportar sus experiencias y no nos podemos olvidar que también existen los malos empleados, de las segundas y terceras oportunidades y de los despidos… malos tragos que hay que pasar sobre todo cuando a veces has de prescindir de excelentes trabajadores por causas ajenas y menos pena cuando se trata de personas que perjudican al equipo. No olvidemos que debemos salir rentables a la empresa, que nos pagan para ello y que a veces los despidos son grandes oportunidades para encontrar nuestro talento.
Me siento incapaz de resumir más… fue una noche intensa porque todos dedicamos muchas horas al trabajo, porque muchas veces vemos más al jefe que a nuestros hijos, a nuestros compañeros más que a nuestras parejas y porque dependemos de él para vivir en la mayoria de las casos. Creo que todos queremos ser buenos jefes y buenos empleados, que la falta de comunicación no nos lo impida.
Ingredientes básicos: comunicación, valentia, esfuerzo, constancia, seguridad, humildad, prudencia, respeto, empatia, compromiso, iniciativa, implicación, confianza y hasta cariño!
Después de esta noche creo que los mejores consejos que les puedo dar a mis hijos son:
- «Que nadie te diga que no puedes hacer algo: demuestra que sí».
- El respeto no está reñido con la comunicación, «no hay nadie con el que no puedas hablar».
- Nadie es más que nadie, los jefes pueden equivocarse y tú puedes ayudarles, aconsejarles y crecer juntos.
- No eches la culpa a los demás de lo que te pasa. Tu eres el único que puede conseguir que las cosas cambien.
- No esperes a que las cosas pasen, aprovecha las oportunidades desde el primer segundo.
Me he quedado tan corta que ¡me da pena! Les pido desde aquí a mis compañeros de tertulia que compartan ellos también sus aprendizajes y reflexiones después de esta noche fantástica. Todos me hicistéis crecer y me sentí además muy querida y apoyada. Gracias, ¡deseando volveros a ver por aquí!
Una mención especial a Mónica Moya que nos ha regalado estas preciosas fotos con las que ha demostrado que de fotógrafa aficionada tiene muy poco y que además es aún mejor persona! Muchísimas gracias, no me pueden gustar más, por favor apuntate a otra!!
Querida Barbara no tengo palabras suficientes para agradecer tu generosidad, me has ampliado el horizonte, enseñado a entender y comprender el mundo laboral desde otro punto de vista y sobre todo me has demostrado que las oportunidades están al alcance de todo el que se lo proponga.
Gracias de corazón,
Silvia