Es seguramente la velada más emotiva de todas las que he vivido. Quería tratar el tema del aprendizaje que te deja vivir situaciones difíciles, inesperadas y dolorosas. También el saber encarar los imprevistos y cambios de planes más triviales que cuando eres madre son muy a menudo. Parecen dos cosas muy distintas pero al final es una cuestión actitudinal.
Siempre que he tratado este tema con amigos cercanos comentamos lo complicado que resulta ser de ayuda cuando alguien de tu entorno está pasando por un momento como estos. Yo, que lo pasé en primera persona, viví el sentir desde el otro lado.. ahora sé que solo te reconforta la cercanía, el cariño y que haya alguien que te escuche cuando por fin brotan las palabras.
Pensé en María por varias razones: es una mujer alegre y positiva y una amiga a la que tengo un gran cariño desde que la conocí hace ya más de dos años. Ella supo encarar una situación inesperada compartiéndola con los demás de forma generosa y natural. Pensó que igual había más gente en situaciones similares a las que podría ayudar con su experiencia y encontró además el apoyo incondicional de sus seguidores.
Ella no se lo pensó dos veces y me dijo: «Silvia si tu crees que puede ayudar a alguien, cuenta conmigo». Es una gran persona y yo le estoy agradecida enormemente porque sin ella no habríamos vivido esta gran noche. No es fácil hablar de temas tan personales y ella es generosa y valiente.
Aquí tenéis nuestra entrevista previa a la velada con María.
Tras anunciar la velada conocí a Laura @encinareal que había pasado recientemente por el fatal fallecimiento de su hija pequeña y a Blanca @mi_punto_seguido que había superado un cáncer. A las dos las animé personalmente a venir. Las tres habían tenido experiencias difíciles pero a distintos niveles y no todos habían acabado de forma positiva, pero si que tras ellos las tres habían aprendido mucho de lo que les había tocado vivir.
María se redescubrió a sí misma, paso del agobio a la resolución. Cedió paso a la lucha y esperanza y su familia se unió más que nunca aprendiendo mucho de lo que de verdad importa. Compartir su historia a través de RRSS le dio mucho más de lo que imaginaba. Encontró al otro lado de la pantalla cariño, comprensión y apoyo. Muchas personas se sintieron identificadas con ella y sin pretenderlo dio la oportunidad de que se viera su parte más humana y cercana para que muchos otros abrieran también su corazón y compartieran sus experiencias propias. Esto es lo que también consiguió María que hiciéramos en este séptimo, pura magia. Gracias querida amiga por prestarte a ser la cara visible de historias de vida difíciles de compartir y a la vez tan necesarias de hacerlo.
Entre los invitados que decidieron venir a esta velada hubo distintos motivos para hacerlo: conocer a María @unamamamotera y saber cómo gestionó ella todo lo que le ocurrió con su pequeño y que afortunadamente quedó en un susto. Invitadas que compartieron como lidian con los contratiempos más livianos sin que estos le amarguen el resto del día y también personas con historias personales duras que generosamente vinieron a compartir con todos nosotros. Creo que todas coincidieron en que lo más importante es la ACTITUD.
Una de ellas fue María @maria_timefortoys, a quién conocí en una Cena Adivina y poco después se entero que su pequeño tenía cáncer. Sé que estaba pasándolo muy mal como es lógico, pero la animé a venir pensando que podría venirle bien compartir su experiencia y escuchar otras.
Es ella quien nos va a contar en primera persona cómo vivió esta cena. Os dejo con ella. GRACIAS María.
Era mi segunda cena en el séptimo, pero estaba más inquieta que la primera vez, porque sabía que sería una noche emotiva, ya que íbamos a tratar un tema muy sensible.
Silvia conocía mi historia, hace unos meses a mi hijo pequeño de 2 años le diagnosticaron leucemia. Y de golpe nuestras vidas cambiaron, los planes que teníamos se esfumaron, porque la vida es así, a veces te ocurren cosas que no esperas y te sientes muy perdida. Pero no te queda otra que adaptarte a la nueva situación, porque aunque creas que es un mal sueño, esa es ahora tu vida.
Así que cuando Silvia me habló de esta velada tan especial y me animó a ir, no me pude resistir, sentía que compartir la experiencia de personas que también atraviesan un camino complicado me daría fuerza e inspiración para afrontar mejor los retos de mi nueva situación.
Con muchas expectativas y nervios llegué puntual a casa de Silvia. Éramos una veintena de mujeres que no nos conocíamos, pero lo extraordinario de estas veladas es la conexión que se va estableciendo entre todas desde el momento en que entras por la puerta.
Porque Silvia lo hace todo muy sencillo, con su cercanía logra que las cosas fluyan con naturalidad, creando un ambiente especial en el que te encuentras muy a gusto. ¡Es una anfitriona estupenda! Además forma un equipo perfecto con su marido Iñigo, siempre pendiente de que no falte nada, y su inseparable Tamara que además de prepararnos cosas deliciosas, te alegra con su sonrisa.
Fue una suerte poder estar en ese salón tan bien acompañada, desde el primer minuto noté que se iba a vivir algo especial, único. Empezamos a presentarnos todas, contando nuestras historias con emoción al recordar las emociones vividas, abriéndonos para contar experiencias muy personales.
Además esa noche había tres invitadas especiales, Blanca, Laura y María. Tres mujeres diferentes con 3 historias distintas, pero con algo en común, son fuertes y con una actitud admirable.
Según avanzaba la noche se iba haciendo más latente la unión entre todas, porque entendimos que lo que hoy les pasa a unas, mañana les puede pasar a otras.
Fui consciente que las situaciones unen, y que te puedes sentir más cercano a una persona que acabas de conocer que a alguien que ves de manera superficial cada día durante años…
No fue una cena fácil, tampoco divertida, pero fue muy emocionante estar en ese salón escuchándolas, aprendí mucho de cada una de ellas.
Conocer tantas historias me dio la oportunidad de acercarme a la realidad de esas personas, conocer mejor sus necesidades, comprenderlas y saber cómo ayudarlas. Porque en numerosas ocasiones nos cuesta relacionarnos con personas que están atravesando un momento sensible, y aunque prime la buena intención, acabamos diciendo frases desafortunadas o incluso esquivándolas, porque no sabemos cómo actuar ni qué decir.
Y tal vez el mejor de los aprendizajes cuando algo inesperado te ocurre, es que te hace ver cuáles son las cosas realmente importantes de la vida. Y en ellas debemos centrarnos.
Muchas cosas me tocaron el alma esa noche, pero fue pura emoción escuchar a Laura hablar de su hija Vicky, sus palabras llenaron nuestros ojos de lágrimas. Vicky falleció hace unos meses, pero está presente en cada recuerdo de Laura. Por ella puso en marcha El sueño de Vicky, para ayudar en la investigación del cáncer infantil. Un proyecto así requiere una gran dedicación y me parece admirable su fuerza y valentía. Ahora su sueño es también el nuestro.
Fue una noche intensa, llena de experiencias, emociones y con una gran dosis de aprendizaje vital. Me fui con un montón de cosas en las que reflexionar y agradecida por haber podido compartir esa noche con tantas mujeres valientes. No fue una noche fácil, no, pero sin duda alguna mereció la pena.
¡Gracias Silvia y gracias a todas por compartir vuestras historias!
GRACIAS una y mil veces María. @maria_timefortoys Sé que las cosas van bien con tu pequeño y me alegro infinito.
Gracias de corazón a todos los que os vinisteis a compartir esta noche tan especial, no fue fácil y aún así hubo ratos de «risas» en los que tomas conciencia de lo importante que es la actitud para encarar la vida aun ante los contratiempos más triviales. Yo de esos últimos tengo a diario. Y también tuve mi experiencia, esas que te marcan para siempre: mi padre perdió la vida en un segundo encontrándose genial, yo tenía 16 años y sinceramente me superó todo tanto que no entendía nada. Fue una experiencia durisima y aprendí a golpetazo limpio que la vida son dos días, que hay que disfrutar el momento y que no todo tiene explicación.
Hay que hablar de estas cosas, hay que poder ser capaz de compartir momentos duros y es muy bonito que te sepan escuchar de la manera que lo hicieron todos nuestros invitados, aunque a veces las emociones desborden. Las Cenas Adivina son imprevisibles, aquí se viene a escuchar a todos con respeto y cariño. Sabiendo leer y apreciar el aprendizaje que supone cada historia y valorando el esfuerzo y valentía de quién la comparte.
Todos necesitamos ser escuchados y es en los momentos más duros cuando necesitas sentir ese calor e interés por tu vivencia. El nombre de la velada era «Cuando las cosas no salen como esperabas…» y de eso hablamos, de cómo afrontarlas cada uno en su medida, de lo que aprendes de ellas y también de cómo ayudar a quiénes a tu alrededor pueden estar pasando situación difíciles.
Para mi fue una cena maravillosa donde se escuchó a todos y se dio valor a todas las situaciones vividas, independientemente de su intensidad. Para cada uno su experiencia es única y merece toda la atención y dedicación.
Este es un sitio para encontrar CALOR y yo sentí que todo el mundo lo recibió.
Gracias especiales a mi amiga Teresa por todas estas maravillosas fotos de recuerdo, sé que no fue fácil para ella que también se emociono en muchas ocasiones, siendo además muy amiga de María @unamamamotera.
Muy agradecida a todas y especialmente a María, Blanca y Laura por abrir así su corazón con el único objetivo de ser de ayuda para otros. Ya os lo ha comentado María @maria_timefortoys pero por supuesto desde aquí apoyamos la gran iniciativa de Laura con su Fundación @elsuenodevicky.
Escuchar historias como estas me hace sentir privilegiada,
