[ Fotografía ] Jessica Davey
Nos conocimos quedando a tomar un café y en 5 minutos me tenía encandilada. Es dulce, risueña, humilde, sencilla y tan tan buena que es imposible no quererla mucho! En esa primera cita ya fijamos la fecha de nuestra primera Cena Adivina juntas, me pareció que me había tocado la lotería cuando me lo propuso.
Es madre de 5 hijos, Licenciada en farmacia y bloguera. Se dedica a la enseñanza desde hace más de 10 años y comparte tanto los trucos que le han servido para educar a sus hijos como los que no, así como aquellos que le han contado y que aunque, no los haya puesto en marcha todavía, le parecen prácticos, divertidos o al menos curiosos.
No para de dar conferencias sobre su metodología «Educar sin gritos» para conseguir hacerlo de la forma que todos deseariamos. Nosotros tuvimos la inmensa suerte de disfrutar con ella de esta velada en petit comité, donde pudimos escucharla, compartir nuestros casos personales y plantearle todas nuestras dudas.
Para la preparación de esta cena tuve la inmensa suerte de contar con la plataforma de compra familiar Organizados. Hice la mejor cena que he hecho hasta ahora, se noto mucho la calidad de los productos.
No dejéis de probarla porque, no solo te llega directamente de la granja a tu mismísima cocina con un transporte impecable, además es más barato que en el mercado tradicional.
Y ya, para colmo de los colmos, fue Jessica Davey la fotógrafa de esta noche única. Una mujer a la que admiraba por sus maravillosas instantáneas llenas de luz, y que ahora me ha conquistado como persona.
Quiero empezar por insistir, en lo que Laura nos transmitió en cuanto empezamos a confesar remordimientos por gritos y perdidas de estribos varios cuando los niños nos ponen al límite. «Todos somos buenos padres, aquí estáis reconociendo vuestros fallos y deseando hacer las cosas mejor, pero no olvidéis que lo más importante para nuestros hijos es que estemos siempre a su lado». Ninguno recordábamos con rencor cuando nuestros padres nos habían regañado o gritado, eso debe tranquilizarnos y animarnos a hacerlo de la forma que realmente deseamos.
Lo cierto es que tuvimos muchos muchos momentos de emoción contenida y desatada, y lo mismo nos partíamos de risa de nosotros mismos como nos venía la lagrimilla, pensando en situaciones que se nos habían ido de las manos con nuestros pequeños. Desde luego ser padres es mi trabajo más importante y también el más complicado, es una montaña rusa de emociones constantes. En media hora puedo adorarles y … lo otro también. Creo, y esto es de mi cosecha, que el amor es así cuando es tan intenso y de tanta confianza… aysss.
Hablar con Laura te da una paz; su tono, su sonrisa, su sinceridad y sus consejos ¡tan prácticos! yo sin exagerar os digo que algunos de ellos me han permitido descubrir sentimientos en mis hijos que desconocía. Ahora, aunque algún gritillo cae, me siento con muchos mas recursos para no necesitar recurrir a ellos y me siento mucho mejor. Empatizo mucho más con ellos, Laura nos explico a grandes rasgos cómo funciona la mente a estas edades. Y ellos que son unos pillos y saben que Laura estuvo en casa nos recuerdan «no gritar» siempre que pueden.
Recuerdo que antes de la velada en un «estoy agotada, yo lo he hecho todo..» discutimos Íñigo y yo así un poquito… y al rato Paula vino al baño y me dijo «Mamá, yo creo que si se lo dices bajito y así con más cariño a Papá, la próxima vez lo hará mejor»… me dejo muerta, me repitió lo que yo les digo cuando se enfadan. Abusamos tantas veces del amor incondicional que sobrepasamos los límites y nos cuesta verlo en nosotros mismos. La verdad que nosotros no le habíamos dado ninguna importancia a la discusión porque había sido una tontería pero ella sí. Que importante es darnos cuenta de que no nos quitan ojo y nos quieren mucho.
Aquí van los consejos que salieron de Laura a raíz de las experiencias e inquietudes de unos invitados que desnudaron su alma.
Conectar con ellos y redirigir
-¡No me quiero bañar!
(A los más pequeños) -Sí, qué frío ir ahora a la ducha, te entiendo perfectamente pero ya verás qué gustito ahora calentitos, ¿le pones tú la espuma?
(A los más mayores) -Hala, ¡qué guay tu casa nueva del Main Kraft! Vamos, dúchate y luego me sigues explicando ¡cómo haces esas cosas tan chulas!
Entender que hay una parte del cerebro que no funciona en las rabietas, no atienden a razones y es mejor dejar que se les pase. Al rato volverán por donde han venido y ni se acordarán pero necesitan soltarla.
Laura nos explicaba que «hay una parte del cerebro en el cerebro inferior, que procesa y expresa rápidamente las emociones, que nos permite actuar antes de pensar. Es como si nos tuviera alerta ante las amenazas. Esto resulta de enorme interés en situaciones de peligro (si nuestro hijo va a cruzar la carretera, queremos actuar y alargar el brazo para frenarlo, mucho antes de ponernos a pensar en las consecuencias). Sin embargo, hay veces que ante una emoción fuerte, nos interesa pensar antes de actuar, es el caso del cola cao desparramado por el suelo…».
- Si se pone a chupar una valla darle un juguete que pueda chupar.
- Mostrarle el comportamiento correcto, darle alternativas.
- No pedir muchas cosas a la vez. Una, ven que les sale bien y se sienten genial, preparados para el próximo reto.
- Cuando hacen algo muy bien, el premio que no es material es mejor: un cine juntos, un helado paseando, una partida de cartas…
- Poner notas chulas debajo de la almohada, en la merienda del colegio: eres genial, te quiero, vales mucho…
Para evitar celos entre hermanos: hacer cómplice a la mayor de las gracias del pequeño. Mirarle así cómo fiíate este payasete y reírnos todos juntos.
Libreta compartida con tu hijo para haceros notitas el uno al otro: según Laura va por épocas y no se trata de escribir todos los días pero en mi caso lo probé hace unos días y quedé alucinada de la respuesta tan positiva de mis hijos y de todo lo que descubrí a través de sus notitas… la escritura es siempre sincera y más en los niños. Para mi esto ha sido un gran descubrimiento.
Pensar en cosas buenas antes de acostarnos: nos ayuda a saber cosas de su día a día, y a todos, a dar valor a todo lo bueno que muchas veces solo nos centramos en lo negativo. Ayuda además a soñar cosas bonitas.
- Cuando se enfadan entre ellos: animales a escribir 5 cosas buenas de su hermano.
- Cada hermano es un mundo: lo que nos sirve para uno para el otro no funciona… en cadena nada sirve.
- Solucionar pequeños conflictos jugando: tácticas «a que no te atreves a meterte en la bañera».
- «Dejarles hacer» para ganar autonomía, confianza, motivación ( no hacerlo nosotros para ir más rápido). Por ejemplo: los abrigos perchero a su altura.
La caja de papelitos: un juego en el que después de cenar por ejemplo cada uno saca un papelito con mensajes del tipo: «dile algo bonito a mamá», «que es lo que más te gusta de tus hermanos», «que es lo que hoy te ha disgustado», «lo que más te gusta de papá»… es importante que también se de pie a contar las cosas que no nos gustan o nos ponen tristes.. este también lo estamos haciendo y es fantástico… te cuentan muchas cosas y salen redencillas que se dan la oportunidad de arreglar entre ellos.
Recoger los sábados toda la casa entre todos: cartel con todas las tareas q hay q hacer y q elijan : a uno de los hijos de Laura le pirra el cristasol!
Importante: la rutina es crucial para ellos, les hace sentir seguros aunque cuidado con no acomarles, siempre surgen imprevistos y es bueno que tengan recursos para salir del paso. Siempre decimos que en el cole son mas ordenados, hacen más caso, se portan mejor… esto es un recurso del profesorado… anticiparles lo q va a ocurrir ayuda al control. A mí me da que pensar esto pero es verdad que la rutina es necesaria.
¿Cuántas veces repites lo de: lávate los dientes, recoge tu ropa, haz los deberes…? El juego que propone Laura es que sean ellos quienes organicen las tareas como quieran pero que al final estén hechas : ellos lo valoran como libertad y autonomía.
Rebobinar; una segunda oportunidad para hacer las cosas bien. Buenísimo tanto para ellos como para nosotros.
Estos fueron algunos libros que nos recomendó Laura: «Happy Kids», «El cerebro del niño explicado a los padres» y «El cerebro del niño».
Otros juegos que os propongo son de mi cosecha, los compartí con todos porque nos han funcionado muy bien y nos reímos mucho en familia.
- Jugar a imitarse unos a otros es divertidísimo y muy revelador ver cómo hacen de tí o para ellos ver cómo se les ve desde fuera. No hay enfados, aprendemos a reírnos de nosotros mismos.
- Juego de cambiar algo; primero hemos de mirarle de arriba a abajo y después desaparecen y se cambian algo de la ropa y hemos de averiguar el qué. Paula un día nos apareció en bolingas! jajaja.
- Juego orientación: cómo me indicarías cómo ir a buscar algo y al revés, te doy las instrucciones y tú has de ir a ver qué hay allí.
En fin compartimos muchísimo, fue una noche genial y me siento muy afortunada por haber podido escucharos a todos. Cada historia nos enriqueció mucho.
Desde aquí quiero agradecer enormemente a Laura por su sonrisa permanente, por dejarse literalmente la voz por ayudarnos. No dejéis de visitar su web porque está llena de ideas geniales y sus juegos son maravillosos. A Jessica por su arte, a Ramón de «Organizados» por su confianza en mis dotes de cocinera, y a todos los invitados que se animaron a venir, sobre todo a los mallorquines por el esfuerzo de viajar a Madrid! Me chiflo conoceros Patri!
Y sí, Laura volverá pronto a Cenas Adivina para que más de las 20 personas que se quedaron sin plaza puedan escucharla. Espero con ilusión vuestros comentarios, animaros a enriquecer más este post. Me los dejáis todos en Instagram y me da pena por los que suelen acceder solo al blog. ¡Animaos!
Feliz de gritar menos,
Silvia