Compartiendo experiencias de divorcios y refamilias

[ Fotografía ] Merry Little Moments

Conocí a Íñigo con 17 años recién cumplidos, mi padre había muerto de repente sin venir a cuento de nada 3 meses antes y yo ese verano hice un montón de amigos nuevos en un campamento de verano al que no sé muy bien con que fuerzas conseguí ir. Tenía 16 años y creo que necesitaba alejarme de casa para soportar el vacío de mi casa sin mi padre. Lo pasé bien, era adolescente y en mi mente bullían nuevas emociones que me ayudaban a pensar en otras cosas. Definitivamente creo que me ayudó bastante estar en la edad del pavo para lidiar con la tristeza tan enorme que sentía. Recuerdo llorar con mi mejor amiga desconsoladamente por poder sentirme feliz en algunos ratos sin estar mi padre… entendía entonces que la felicidad puede ser dolorosa a veces.

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En octubre mi pandilla del campamento me invitó a un cumple al que me daba bastante pereza ir, pero al llegar le vi y me enamoré. Fue un flechazo en toda regla y siempre he pensado que mi padre lo puso en mi camino. Con Íñigo siempre me he sentido especial; bella, tranquila, protegida, amada y muy feliz. Siento que con él a mi lado soy capaz de cualquier cosa. Todo problema parece menor cuando lo comparto con él. Comentar juntos las cosas de los peques, las gracias que hacen, lo desobedientes que están… que con solo una mirada sepamos lo que pasa o nos echemos a reír o llorar… esa complicidad me sigue poniendo la piel de gallina.

Durante la velada alguien dijo que el «enamoramiento» dura unos 18 meses… quizá es que esta palabra no significa lo mismo para todos… yo tengo momentos en los que me deshago como con 18 años y otros que lo mataría! Y a veces todo eso pasa en una misma tarde. ¿No estoy enamorada? Yo diría que hasta la médula.

Y ¿por qué os cuento todo este rollo si la velada trató sobre divorcio y la experiencia de refamilia de Ana y el «Cielo» (el nombre que ella le dá en su blog)? Pues porque entiendo que no se puede renunciar a vivir el amor con mayúsculas. Porque no se trata de tirar la toalla a la primera dificultad pero tampoco de negarse a ver lo evidente y no actuar porque pensemos que es un mal ejemplo para los niños o que les evitarás un sufrimiento. Después de vivir la separación de los padres de mi mejor amiga, siendo niñas puedo decir que el sufrimiento viene de ver a tus padres infelices primero y tirándose los trastos a la cabeza después. Divorciarse «bien» es posible , aunque eso no evite el dolor, como nos demostraron muchos casos el pasado viernes.

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Mi relación con la prota de esta noche está llena de serendipias y como todo lo mágico la noche prometía y mucho.

Ana escribe que te mueres y rezo para que ella también os cuente sobre esta noche porque seguro que consigue transmitiros más fielmente que yo lo que vivimos durante casi 7 horas!!

Muchos de los invitados venían fascinados por su manera de contar sus experiencias como refamilia desde su blog «La Refamilia y otros enredos», pero saber que su «Cielo» la acompañaría ¡lo hacía aún más atractivo! En Cenas Adivina nos encanta que todos participen y poder enriquecernos con los puntos de vista de ambos sexos, y él nos aporto muchísimo.

Aquí podéis leer las sensaciones de Ana sobre esta velada.

Miriam, de quien me enganché a través del fantástico blog de Xanela chic, aceptó desde el primer segundo mi invitación a venir y compartir con nosotros sus vivencias como abogada de separación responsable. Ella «divorcia bien» o no divorcia. Es así de tajante, «si vienen tirándose los trastos les derivo a otros colegas».

Tiene hasta un par de casos de parejas que se han dado una segunda oportunidad aunque meses después terminarán divorciándose, eso sí ,de una manera menos traumática.

Como bien dice «para divorciarse se necesita tiempo», asimilar primero lo ocurrido, tranquilizarse, solicitar ayuda como pareja para conseguir «cerrar el círculo» y separarse de la manera menos dolorosa posible. Aquí os comparto también su precioso post de esta velada.

En los sofás de mi casa había reflejado casi todo tipo de situaciones: divorciados, refamilias , casi refamilias y 4 personas felizmente casadas en primer matrimonio. Estas últimas «de momento» como bien puntualiza Miriam desde su teoría de que el «para siempre» es absurdo y hace mucho daño. Escuchar todo tipo de situaciones en voz de los protagonistas de las mismas es un lujo que te proporciona una visión de conjunto de la que se sale fortalecido.

Escuchar a la Refamilia protagonista desde el punto de vista de ella y el de él fue muy enriquecedor. Desde el principio del fin del primer matrimonio de ambos hasta su día a día como actual familia. Cada uno vivió su divorcio desde una posición distinta, la que toma la decisión y el que la asume.
¿Se sufre más desde una posición que desde la otra? estadísticamente entre los que participamos, eran muchos más los casos en los que ellas habían tomado la decisión. Todas coincidían en que el dolor es diferente pero duro para ambos.

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Después de escucharles creo que el divorciarse es un acto de amor, de valentía y de respeto. Es duro, muy duro que aquello en lo que te has dejado la piel, la ilusión, la pasión no funcione. Creo que todos hemos sufrido desilusiones tremendas pero esta es de las más. No solo te afecta a ti sino a otra persona a la que sin duda quieres y debe ser muy difícil tomar la decisión pero sería terriblemente egoísta y cobarde sino lo hiciera. TODO hay que lucharlo, decían que el enamoramiento ese que no necesita de ayudas dura unos 18 meses… y normalmente los noviazgos duran más y a veces nos empeñamos en casarnos sin estar muy seguros, esperando que la persona cambie con el matrimonio, arreglando distanciamientos teniendo hijos… errores que en el mejor de los casos se traducen en divorcios reflexionados y llevados a cabo desde el cariño a aquella persona que un día fue tan importante en tu vida y a la que estarás unida para siempre si hay hijos en común. Todos estaban de acuerdo en que es por ellos por los que merece la pena intentar ser empático con el otro y hacer las cosas lo mejor posible. Muchas veces creemos que damos mal ejemplo a nuestros hijos divorciándonos y yo no lo creo. Cuando se acaba el amor es el único camino sensato y delante de mi tuve esa noche muchos casos que así lo corroboraban. Se pasa mal pero se pasa y los niños serán felices siempre que nosotros lo seamos. Así sin más, se adaptan con una facilidad increíble. Eso sí, tenemos derecho a pasar nuestro duelo y no seriamos humanos si la tristeza no se reflejara al inicio.. que se lo digan a un padre que de un día para otro ha de irse de su casa para no volver dejando allí a sus hijos…. con una buena relación entre los padres esto se vive de otra manera, y es a lo que hay que tender. No acertar a la primera con la pareja es bastante habitual, así que volquemos nuestra empatía y recursos en hacer la vida fácil a estas situaciones ya sea desde el protagonismo o desde el papel de amigos, familiares, vecinos…

Algunas de las personas que compartieron esta noche con nosotros se encontraban en el proceso de formar «refamilias», y poder preguntar y escuchar la experiencia de Ana y su «Cielo» me consta que les ayudo enormemente. Las preguntas giraban en torno a su relación con sus ex parejas, sus ex y nuevas familias políticas, sobre cuándo presentar a los peques, sobre cuándo irse a vivir juntos, la convivencia de todos juntos, las sensaciones hasta que llega la custodia compartida (si llega) de pasar más tiempo con los hijos de tu actual pareja que con los tuyos propios.. Los dos con una generosidad fuera de lo normal compartieron con nosotros todas sus opiniones al respecto. Los casados preguntábamos más sobre qué motivos les habían llevado a divorciarse, que aprendizajes se habían llevado de esta experiencia. En este aspecto me quedo con «no dar nada por hecho y saber valorar siempre los esfuerzos del otro».

Durante todo la noche quedo patente la gran complicidad y amor que se tienen Ana y el «Cielo». Siempre es fantástico descubrir que es posible volver a ser plenamente feliz. Hay que superar el divorcio, aprender a estar de nuevo contigo mismo, recuperar la autoestima que tantas veces sale dañada y distraer al miedo para volver a enamorarse. De repente todo el mundo opina y todos coincidimos en que hay que educar a la familia (la sociedad en general) para ser un ayuda y no un problema más.

Refamilias

Tras escucharles a todos uno se convence de que el amor siempre ha de vivirse feliz y cuando no lo eres hay que poner soluciones. Miriam, abogada de «separación responsable» nos explicaba que la decisión de divorciarse hay que reflexionarla, asimilarla por parte de los dos e intentar facilitar las cosas el un al otro. Hay muchas situaciones que ponen difícil que este proceso sea pacifico pero es importante saber hacerlo por el amor hacía los hijos. Es el momento de saber diferencia el amor de pareja con el amor como padres y por eso da mucha alegría escuchar a personas como ellos que han conseguido que los hijos tengan a su padre, a su madre y al mismo tiempo rehacer sus vidas no sin esfuerzo, mucha comunicación y sobredosis de amor hacía los hijos de ambos.

Miriam insiste en que las películas de Disney con su «y fueron felices para siempre» no ayuda a educar en la realidad del amor. Sin embargo yo me quedo con el mensaje de «ser felices siempre» que no implica que tenga que ser con la misma persona necesariamente pero tampoco el que sea imposible. Y para mí la felicidad es un conjunto de de muchas cosas y la mayoría de ellas no son perfectas.

Por supuesto es importante que la sociedad deje de ver el divorcio como un fracaso sino como una realidad que denota responsabilidad, sentido común y mucho amor al otro cuando no se es feliz por el motivo o conjunto de ellos que sean. El que las historias terminen, antes o después, no quiere decir que no hayan sido verdaderas y bonitas pero a veces el amor simplemente se agota. Sin embargo, el amor por nuestros hijos es, sin titubeos, para siempre. Durante la velada todos coincidían en que no se sabía de ningún infeliz que hubiera hecho feliz a otros. Esto es lo primero que necesitan los hijos para su felicidad y lo que sí queda grabado en sus corazones es ver a sus padres hacerse daño y ser infelices. Muchas veces hasta creen que son los culpables. Es muy importante contar con profesionales que puedan ayudarnos a pasar por esta situación de la mejor manera posible. Miriam y sus compañeros os puede ayudar seguro en este proceso, separacion-responsable.com

Grandes frases que compartimos juntos

  • El pasado nos hace lo que somos ahora, nunca debemos rechazarlo.
  • El secreto de una pareja feliz: dedicarse tiempo a uno mismo, respetarse, cuidarse, agradecer lo que el otro hace por nosotros, planes de pareja, tener inquietudes propias y espacio propio. y sobre todo quererse día a día.
  • Ni dejarse ni insistir a cualquier precio.
  • Quiero quererte siempre como te quiero hoy.
  • Pensar lo que y cómo se dice y decir lo que se piensa.
  • Hasta de los divorcios más duros se sale, el tiempo sana y siempre que haya pequeños es necesario el esfuerzo.
  • En el amor hay que darlo todo pero NO hasta las últimas consecuencias.
  • Divorciarse No es fracasar.
  • Valentía para cambiar aquello que no nos hace felices.
  • No olvidarnos nunca de nosotros mismos.
  • Amor para casarse y cariño para divorciarse.
  • Empatía con el otro y con nuestros hijos en común.
  • Hacer lo que pensamos y pensar lo que hacemos y decimos.
  • Intentar no decir nunca «lo siento».
  • Te quiero todavía, te quiero hoy.
  • Educar para ser felices no para cumplir expectativas sociales.
  • Amarse e intentar que funcione es equivocarse? nada nos garantiza nada, hay que pensar las cosas y sus consecuencias e intentar ver sin cegarnos pero no por ello hay que dejar de amar con pasión.
  • Los hijos desestabilizan, no es manera de solucionar problemas conyugales.

Temas que tratamos

  • La autoestima en el desamor.
  • Redescubrirse tras el divorcio.
  • La relación con el ex.
  • La relación con la ex de mi chico.
  • La relación con mis hijos.
  • La relación con los hijos de mi chico.
  • La relación de mis hijos con los hijos de mi chico.
  • La relación con la familia.
  • Los eventos familiares.
  • «Tu no eres mi madre/ padre».
  • Preguntas SOS.
  • Para casi todo: EL SENTIDO COMÚN como pudimos comprobar escuchando las experiencias de Ana y el «Cielo».

Situaciones que compartimos

  • Me siento mal (triste) por pasar más tiempo con mis hijos que con los suyos.
  • Regañar a los hijos de mi pareja.
  • La responsabilidad de saber que tu decisión daña a otras personas.
  • El miedo a equivocarnos.
  • La custodia compartida.
  • En tu casa o en la mía.
  • Miedo a volver a sufrir o a hacer sufrir.
  • Ni casarse pensando en que me puedo divorciar cuando quiera ni divorciarse a la primera dificultad.
  • No dejar de tener una idea romántica y fantástica del amor…
  • El amor es tener que decir lo siento siempre que sea necesario pero no creer que los problemas se solucionan solo disculpándose.
  • Respetar a los hijos.
  • Respetarnos a nosotros mismos.

Yo tengo claro que no pienso renunciar a sentir el amor como lo siento hoy. Si a Íñigo y a mí se nos acabará, será complicado pero buscaremos la solución entre los dos, porque lo último que quiero es que nuestros hijos se separen de un padre maravilloso. Entiendo que no será fácil, sobretodo si la decisión no es bilateral pero ahora sé a quién acudir y tengo una buena batería de recursos que me ayudarían. Es lo que tiene conocer gente tan buena aunque espero no necesitarles para esto.

Refamilias

QUIERO DAR UN GRACIAS INMENSO A TODOS MIS INVITADOS Y ESPECIALMENTE ANA, SU «CIELO» Y MIRIAM POR SU GENEROSIDAD Y GANAS DE APORTAR A LOS DEMÁS DESDE SUS EXPERIENCIAS. Y OTRO MUY GRANDE A MARÍA DE Merry little moments porque dudo mucho que se pueda ser más encantadora, generosa y con ese don para captar las emociones en las fotos. ¡Gracias por regalarnos estos recuerdos preciosos!

HA SIDO MARAVILLOSO PODER ESCUCHAROS A TODOS. Nos reímos, nos emocionamos, nos pusimos más serios y todo en un ambiente increíble que fue posible gracias a personas ¡fantásticas!

Como siempre, es mi aprendizaje desde mi situación personal y por eso invito, ruego más bien, al resto de invitados a que se animen a compartir los suyos. De esta forma conseguiremos que sea más enriquecedor para todos los que nos leéis. Mil gracias por estar ahí y haber llegado hasta el final de esta reflexión tan personal y tan larga….

Con mucho cariño,
Silvia

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