¿Hace cuánto que no salís a bailar? ¿a cantar como locos? y a hacer un poco el payaso. Lo confieso «yo lo estaba deseando»… cansada de quedar con los amigos y no conseguir llegar nunca a los dancings decidí que cumplir 35 años me iba a servir de excusa para prepararme un ¡fiestón!
Siempre me ha encantado celebrar mi cumpleaños, desde pequeña mi madre conseguia que ese día la octava de 9 hermanos se sintiera absolutamente protagonista. Me despertaba con un beso especial, me preparaba mi comida favorita y por la tarde un «brazo de gitano» recubierto de chocolate para soplar las velas con toda la famillia y mis mejores amigas. Después fiestas con los amigos, fiestas sopresas que me preparaban el novio y luego marido junto con las amigas… ¡todas geniales!
Cuando llegaron los 30 me pillo embarazada o lactando o las dos cosas, jajaj y así durante varios años más, así que los 35 me pedían a gritos un fiestón «a doc». Los ingredientes los tenía claros; música, baile y ¡karaoke!
Quería desmelenarme un poco y prepararles una sorpresa a los amigos para que disfrutaran a tope y se rieran conmigo sin parar. Mis tres mejores amigas me ayudaron y preparamos un baile de ABBA, me prestaron un súper disfraz y por las noches no podía dormir pensando en ¡la cara de mis amigos al vernos! También les preparé un video con fotos donde salían todos los invitados conmigo.. fue muy bonito dedicarles ese homenaje. Para mi la amistad es muy importante y quería que supieran lo mucho que significan en mi vida.
Aquí os muestro unas fotitos en pequeñito para no robar privacidad a mis amigos 🙂
El mayor piropo que me pueden echar ahora con taitantos es que soy divertida… arrancar sonrisas y carcajadas es lo máximo para mi y esa noche conseguimos que todos perdieramos la verguenza y no hubo nadie que no pidiera el micro varias veces.
El sitio donde pudimos llevar a cabo esta fiesta tan personal fue la sala barracudas que cuentan con un pequeño escenario y los últimos viernes de cada mes hacen «Karaoke live» con una banda en directo… yo ya lo he probado y ¡es genial! Reconozco que el primer momento pasas corte pero después ya no hay quien te pare. Además no pueden ser más amables y simpáticos y te sientes como en familia.
Creo que necesito marcha de nuevo ¿y vosotros? qué bien sienta bailar, cantar, reir sin parar y compartirlo con todas esas personas a quien tanto aprecias. No dejéis de celebrar ¡lo que sea!, cualquier disculpa es buena.
Con todo el cariño,
Silvia