Tener la suerte de escuchar en el salón de casa a la gran artista Marta de la Rocha es un lujo que me emociona. Con ella recorrimos obras emblemáticas del arte contemporáneo que me hicieron comprender y reflexionar sobre artistas y obras que, a priori, parecen una tomadura de pelo. Cierto es que no iba muy desencaminada porque algunos de ellos tenían por objetivo la pura provocación.
Generalmente, cuando piensas en «arte» inmediatamente aparecen en nuestra cabeza obras «perfectas», bonitas. No creo que nadie piense en las «latas de mierda de artista» del provocador Piero Manzoni.
¿Qué es arte entonces? ¿cómo saber valorar si es un artista o no lo es? Tras escuchar a Marta por segunda vez y anteriormente a Kina coincido con ellas en que debe ser aquello que conmueve, emociona, provoca, deleita… es decir para cada uno de nosotros será diferente.
Todo empezó con una copita de vino, uno nuevo que me animaron a probar y compré una caja de 12… me fascino! y ahora esta será nuestra bodega en 2017. Un lujazo, estoy deseando que los probéis.
Y mientras Tamara cocinaba una delicia de menú yo iba rompiendo mis propios nervios.. Llevo más de 100 cenas pero no puedo evitar un cosquilleo en el estómago en todas ellas…
Nuestra experta llegó con tiempo y poco después todas las invitadas ya estábamos deseosas de escucharla y pasar una gran noche aprendiendo y disfrutando juntas. Marta tiene un encanto especial y una sensibilidad que denota la artista que lleva dentro.
Ese primer vinito «rompe hielos» hizo su efecto rápido y enseguida todas las invitadas estaban charlando animadamente.
Cómo me gustó juntar a Marta y a Kina en esta cena, estaba deseando que se conocieran. Sé que harían un buen tandem. Una, profesora de ate de enseñanza reglada y otra, artista y también profesora en su propia escuela . ¡Química total! encantadoras las dos.
Y mientras cenábamos las delicias de Tamara escuchábamos absortas a Marta . Fueron obras como estas las que Marta nos ayudó a comprender en su contexto. Aquí os dejo su presentación para que veáis que obras y artistas nos fue presentando esa noche.
Lo pasamos tan bien, nos reímos tanto. Las invitadas de esta noche sentían una gran inquietud por el mundo artístico y aprendí también muchísimo de todas ellas. Simpáticas, divertidas, generosas y con muchas ganas de disfrutar.
La verdad es que Marta lo hace muy ameno y divertido, no me extraña que sus alumnos lleguen con media hora de adelanto a sus clases y quieran acabar media hora después. Entre las invitadas estaban una de sus hermanas, una alumna, la madre de una de sus ex alumnos y grandes admiradoras de su trabajo como artista. Al final de la noche pudimos convencerla de ver sus propias obras y son maravillosas. No dejéis de visitar su web, www.martadelarocha.com
Paz, una de sus alumnas, nos contaba que Marta tiene una forma muy especial y particular de enseñar. Es realmente capaz de demostrar que todos somos creativos. A veces nos empeñamos, seguramente porque es lo que nos han enseñado, que sino pintamos las cosas tal cual son, es que no sabemos pintar… hay muchas formas de hacer arte, es una auténtica terapia, a veces te puede llegar a devolver la confianza en uno mismo y descubrirte con otra mirada, menos crítica y más constructiva. Sin reglas, sin cánones, sin juicios…desaprendiendo.
Y llegó el postre, madre mía como estaba esto… y los bombones Lindt!
Y estas son las caras que se nos quedaron descubriendo las obras artísticas de Marta… sin palabras!
Y terminamos la noche de madrugada y haciendo nuestro propio cuadro! Una demostración que hace siempre Marta en sus clases para demostrarnos que todos llevamos un artista dentro. Nos encantó.
Gracias a todas por una noche tan bonita, Marta eres muy muy especial.
Me quedé sola con Isabel Muñoz, la gran fotógrafa y mejor persona que nos ha dejado las preciosas imágenes de esta noche tan especial. Insistía en ayudarme a recoger y sabéis que eso es cosa mía y que siempre os digo que lo tengo dominado. Este es mi secreto, música a tope con los auriculares que me regaló Sudio Sweden para no despertar a nadie y ¡en marcha! jajjajaj me hacía ilusión compartir este ritual para los que os ibais con pena de que no os dejará ayudar 😉
Pues eso que no me cuesta nada y lo hago tan marchosa! Dormirse enseguida después de una noche Adivina es muy complicado, prefiero bailar un poco para asimilar los nuevos aprendizajes y sobre todo tantas emociones.
Gracias infinitas a todas y especialmente a Marta por esta noche fantástica.
