[ Fotografía ] Ana Manez @anitamanez
[ Post ] Amaia Uresandi
Mi invitada especial de esta noche, Arancha, es una persona excepcional. Con ella hablamos de cómo cambia la relación de pareja cuando llegan los hijos… fue interesantísima, reveladora y muy muy divertida.
Una de mis invitadas de esta noche os cuenta así su experiencia…
Ella es Amaia, la del medio sentada en el sofá, y es un encanto. Me emociono un montón que al presentarse dijera la ilusión que le hacía venir a una Cena Adivina… madre mía la escuchaba y es que no sabe lo mucho que significan para mi sus palabras y su carita de felicidad.
Me daba un poco de apuro ponerla en el compromiso cuando le pedí que compartiera su experiencia en esta primera Cena pero no pude evitarlo por la ilusión que me hacía a mi que fuera ella. Es una mujer que emana sensibilidad, discreta, elegante y tan risueña.. daba gusto escucharla.
Estoy deseando que vuelva pero mientras os dejo con su experiencia…
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Llevaba mucho tiempo soñando con acudir a Cenas Adivina. La oportunidad llegó coincidiendo con una reunión de trabajo en Madrid y el sueño se hizo realidad. No hay mejor plan para mí que una cena en casa, aprendiendo, compartiendo y conociendo gente nueva. Así que rápidamente reservé dos plazas y embarqué en esta aventura a mi queridísima amiga de la infancia, Antia.
Esa noche podía haber tocado cualquier otro tema, pero no podía habernos coincidido una velada mejor. De la mano de la sexóloga Arancha ibamos a hablar de lo que ocurre con la pareja cundo llegan los hijos. Estábamos emocionadas y un poco nerviosas. LLegamos las últimas y la acogida fue buenísima. Una anfitriona de lujo, Silvia, que esa noche había cocinado ella misma, como lo hacía en las primeras veladas. Un salón súper acogedor, cuidado hasta el más mínimo detalle para que todos nos sintiésemos a gusto, y unos invitados con la sonrisa en la boca y una copa de vino en la mano.
Han pasado unos meses desde aquel viernes de enero, pero lo que allí aprendimos y compartimos lo he tenido en mente mucho tiempo. Cuando llegan los hijos y la familia crece nuestro amor de pareja se transforma y todos los invitados coincidimos en que llega un periodo de adaptación.
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Arancha nos recordó que la erótica son los mimos, las caricias, la complicidad, los cuidados al otro… Nos señaló la importancia de encontrar nuestros momentos de pareja, más fáciles de llevar a cabo con objetivos modestos. Entre los invitados había mujeres con hijos, sin ellos, maridos y padres. Todos compartimos , aprendimos, y reímos esa noche. Días después compartimos emails comentando lo vivido en el séptimo piso.
Sin duda, volveré.

De todo, me gustaría resaltar que si la pareja descuida la dimensión erótica, puede terminar convirtiéndose en compañeros de piso o cuidadores bien coordinados. La pareja es el núcleo de la familia, si ponemos el foco en los peques (que lo demandan a base de bien durante los primeros años), la debilitamos y somos menos capaces de afrontar las dificultades que surgen en el día a día.
A veces nos ponemos el listón muy alto en cuanto al tiempo, energía, dedicación que hay que otorgar a la pareja, pero puede ser útil establecer objetivos modestos que nos permitan recordar qué nos embarcó en esta aventura de formar una familia. Tal vez no tengamos posibilidades de una escapada de fin de semana, ni siquiera de salir al cine o a cenar fuera de manera periódica, pero igual sí podemos dedicar un ratito a la semana a hacer algo juntos que nos guste, aunque no sea más que ver una serie o sentarnos a leer los dos a la vez en el sofá.
Del mismo modo podemos establecer objetivos modestos en la erótica. Tal vez una noche de pasión está fuera de nuestras posibilidades si apenas dormimos y el día a día es una sucesión de carreras y relevos, pero la erótica no es sólo eso, también son los cuidados, los cariños, los besos, los mimos, los roces, las miradas, las caricias, las complicidades … entre una mariscada con vino, postre, copa y sobremesa y un pincho de tortilla hay muchas posibilidades.
La crianza puede ser una etapa muy dura, siempre es un alivio poder compartirla con la persona que amamos.
Voy a daros 10 puntos interesantes sobre el tema.
1.Aunque mucha gente piensa que las sexólogas somos expertas en posturitas, vocabulario erótico-festivo y genitales (capítulo “uso y disfrute”), pero en realidad somos expertas en sexos, en hombres y en mujeres, en cómo se desean, se relacionan, qué hace que un hombre sea un hombre, qué hace que una mujer desee a otra o a un hombre… Un campo apasionante. Hablar de pareja e hijos totalmente en nuestro campo.
2.Cuando aparecen los hijos, aparecen con ellos las carreras de relevos: alguien tiene que estar con ellos 24 horas al día. Ir al gimnasio juntos, al cine, a correr o ir a trabajar los dos en el mismo horario requiere logística con un tercero. Sólo esto ya metería presión al día a día de cualquiera, porque pasa como en esos concursos de la tele donde hacen bailar a los concursante con un huevo sujeto entre la frente de ambos y que no se puede caer… ¡el más difícil todavía!
3.Pasar del “tú y yo” al “tú y yo y él” requiere encontrar un nuevo equilibrio que puede ser complicado de conseguir. Es con el primer hijo cuando la balanza se desequilibra con más fuerza.
4.También hay que encontrar como gestionar ese nuevo «elemento» con los círculos cercanos: familias de origen, amigos… En estos casos hay que recordar quién queda en casa cuando todos se han ido: esos son los integrantes de nuestro equipo.
5.Los cambios entran también en la erótica. Al principio hay menos deseo, más cansancio. La mujer que ha pasado por el embarazo puede sentirse menos atractiva y que eso le haga sentir menos deseo. Además, se da un coctail de hormonas boicoteando para que haya menos ganas.
6.A veces el cambio de función del pecho de «jardín de recreo» a «comedor» puede dificultar la amatoria. Cuando los hijos son mayores puede haber miedo a que nos pillen o pudor a tener muestras de afecto delante de ellos.
7.La crianza genera conflicto porque es frecuente dar diferente importancia a las cosas que atañen a los hijos. Puede ser útil establecer reglas básicas para la gestión de los líos antes de que aparezcan.
8.No hace falta ser perfecto: ni como m/padre, ni como pareja… a pesar de la presión del entorno. La idea de joven, hetero, guap@, siempre con ganas, con éxito en todos sus encuentros, sin dolor, sin molestias, con orgasmos (multi o al menos muchos) está en el imaginario general, pero… no existe.
9.Cuando estamos en situaciones estresantes, eliminamos lo superfluo. Pensamos que lo que nos proporciona placer y nos gusta está dentro de esta categoría, pero corremos el riesgo de convertirnos en compañeros de piso/cuidadores. Las dificultades se ven más grandes y podemos caer en una espiral que nos aleje. A menudo pensamos en la erótica como momentos de pasión, pero los pequeños gestos de cuidado, los mimos, las caricias también forman parte de la misma. Hay un abanico de posibilidades entre el todo y la nada.
10.La pareja es el núcleo de la familia. Si pierde fortaleza, también la familia se debilitará. Ser capaces de sacar tiempo para la pareja, con objetivos modestos (una tarde en el sofá, ver una serie, leer), puede ayudarnos a recordar qué nos hizo embarcarnos en la aventura de formar una familia.
Un beso y espero veros pronto en otra cena,

MENÚ COOKITA & ORGANIZADOS ACOMPAÑADO DE VINOS DE LA RIOJA ALTA
- Vasitos de sopa miso
- Bolitas de carne con salsa tonsaku
- Mini chapatas de lomo con mazana y cabrales
- Cucharitas de hojaldre con guacamole y pico de gallo
- Tortilla de patatas con cebolla caramelizada
- Trenzas de hojaldre con pistachos y pasas
Arancha eres lo más, no me canso de escucharte. Ya estoy deseando que vuelvas.Podéis seguirla en @atajou y en la web de Sexorum.
Muchísimas gracias a todos los invitados que nos hicieron pasar una noche genial compartiendo sus historias.
Anita tus fotos son sublimes, de verdad es que las miro y las miro y me chiflan. Veo la casa preciosa y a mis invitados guapísimos!! Gracias de todo corazón!
Hombres y mujeres, tan distintos y tan parecidos al mismo tiempo.
Un comentario
Gracias por tus palabras, Silvia.