Me hablaron del Blog de Paloma un día de verano en la piscina. Esa misma tarde devoré todos los post de su blog «7 Pares de Katiuskas» y le escribí un mensaje invitándola a conocernos tomando un café.
Me atrajo esta mujer y su manera de ver la vida desde el primer segundo. Creo que algo tuvo que ver también que soy la octava de 9 hermanos y conocer a la versión moderna de mi madre, a quien admiro más que a nadie en el mundo, me daba mucha curiosidad. ¿Qué tipo de mujer se atreve hoy en día a tener 8 hijos?
Creo recordar que ella ya estaba allí cuando llegué y me parecio tan bonita, dulce y simpática que supé que el café se nos quedaría corto. Paloma es una mujer inspiradora donde las haya, normalísima como me gustan a mí y sumamente divertida.
Hablamos de la familia, de nuestros trabajos, de nuestras ilusiones y escuchó con sumo interés la historia de las Cenas Adivina. Yo también quisé saberlo todo sobre ella, su vitalidad engancha y desde el principio deduces que es una persona de quien aprender y disfrutar.
Después de escucharla, conocer su filosofía de vida y la felicidad y positivismo que transmite, le animé a abrirse una cuenta en Instagram. Estaba convencida de que sus «aventuras» diarias y sobre todo su manera de vivirlas podrían ayudar a muchas personas. Ella me decía «pero Silvia a quién le voy a interesar» y ahora somos casi 17.000 seguidores fieles que nos reimos, inspiramos y emocionamos con ella en cada foto.
A veces la logística del día a día, el «tengo por hacer», el «no llego a todo», el «tengo al mediano abandonado»… no te dejan disfrutar del camino de las muchas cosas que si hacemos bien como madres. La mayoría no tenemos más de dos o tres hijos y ya nos agobiamos, así que ver a esta mujer con 8 hijos y un trabajo a jornada completa con la sonrisa puesta motiva y mucho.
Ella siempre hace la broma: «seguro que cuando ellas esten desesperadas en las horas de los baños y cenas pensaran «Paloma está peor». jajjaja pobre, yo la verdad es que lo que siento cuando veo sus fotos es un recuerdo constante de mi propia infancia. Cuado hablo con ella pienso en mi madre con su edad y sus circunstancias y compruebo que el cambio generacional se nota sutilmente.
Siempre me ha dado mucha rabia que mi madre no mirara por ella nunca. Me hubiera gustado como hija, echarla de menos alguna vez porque ella se dedicara un poco de tiempo propio.
Uno de los recuerdos más felices era ver cómo se querían mis padres. Mi padre era un bromista y siempre le daba algun beso o abrazo por el pasillo o mientras cocinaba… una vez metieron su cama de 1.35 en la furgoneta hippie que teníamos y se fueron a recorrer Europa. Me encantó que se fueran juntos, que tuvieran tiempo para ellos, que se olvidaran unos días de nosotros. Me hace sentir muy feliz cuando les recuerdo hacer planes de dos.
Creo que mi madre tiene un sentido de la responsabilidad y el sacrificio exageradamente desarrollado. Aun hoy quisiera conseguir que fuera más egoista, aunque creo que el primer error es denominarnos así cuando miramos un poco por nosotras.
Paloma me dijo una vez que ella quería que sus hijos la recordaran feliz, que cuando ella llegara a casa fuera un motivo de alegría y no de reproches. Y llegó el día en que la pedí que por favor fuera mi experta en Cenas Adivina, había mucho que aprender de ella.
La velada se llenó enseguida, hubo cambio de fechas y desde aquí pido disculpas a todos los que por ese motivo no pudieron venir. Espero convencer a Paloma de repetir pronto para poder compensaros.
Durante la cena nos contagió su entusiasmo y pasión por la vida. Pudimos conocerla más de cerca y saber cómo se las ingenia esta mujer para NO llegar a todo pero tampoco vivir sufriendo por ello de forma constante. Dice que ha perdido la capacidad para enerbarse pero lo que le sobra a raudales es felicidad y amor por los suyos.
Disfruta riéndose de situaciones que superarian a cualquiera y agradece sentirse querida en las RRSS aunque a veces le haya superado.
Nos regaló un decálogo fantástico que comparto con todos vosotros:
Te podrán robar todo en la vida salvo la actitud.
Porque… ¿qué es lo peor que puede pasar?
Reinventa, reorganiza, reordena. ¡Copia!
Busca herramientas.
Pensemos que tipo de madre y padre queremos ser y cómo queremos que nos recuerden. A partir de ahí… a luchar con nosotros mismos.
Nos ha tocado vivir una época muy dura. SÍ, NOS HA TOCADO SER HÉROES. Y sobre todo, los héroes de nuestros hijos.
De Paloma aprendí que lo importante es la ACTITUD, de verdad merece la pena entrar en casa y ya antes de saludar empezar a ponernos histéricas porque las cosas están desordenadas? yo ahora prefiero hacer la vista gorda, centrarme en los besos y abrazos y ya después respirar unas cuantas veces y «sin gritar» ir recordándoles la importancia de la colaboración de todos de forma individual. Costar cuesta pero creédme que se puede y compensa, que luego nos sentimos fatal de los gritos que pegamos por un poco de caos.
También he aprendido a no culparme por todo y desde luego estoy de acuerdo en lo de «rodearse de un buen equipo». Para mi la mejor inversión de mi vida se llama «Toñita» y todos los días se lo decimos varias veces.
Mi marido es igual de importante que mis hijos y quiero que nos vean felices y que entiendan que «dedicarnos» tiempo a nosotros también les beneficia a ellos. Ver a unos padres que se quieren y son felices da mucha más alegría que encontrar los calcetines en el cajón.
Paloma nos contaba que ella está constantemente pensando en la forma de ser más practica y efectiva precisamente para no «hipotecar» su tiempo en asuntos meramente logisticos pero efectivamente necesarios. Ella nos anima a copiar las buenas ideas de los demás y a «ayudarnos» y no criticarnos. A veces parecemos nosotras nuestras peores enemigas.
Recordemos que donde nosotros pongamos la prioridad ellos aprenderan a discernirlo de la misma manera. Y que queréis que os diga yo quiero que tengan claro que un «burguer» en un momento dado puede ser buenísima opción. No nos exijamos vidas perfectas pero si vivencias extraordinarias.
Gracias a todas las que os vinistéis a conocer a Paloma, a aprender de su experiencia y a compartir las vuestras. Fue maravilloso escucharos y vivir esta noche única en vuestra compañia. No habría sido igual sin alguna de vosotras… Recordad que todas sois fantásticas personas! Gracias especiales a mi amiga Mónica Moya por estas fotos tan especiales.
Paloma eres genial, no cambies nunca. ¡Gracias por tanto! Nos emocionaste, nos hiciste reir pero te fuiste sin cantar, asi que hay que organizar otra a lo «sonrisas y lágrimas» jajajja El otro día la ví de nuevo y me di cuenta de que eres la versión moderna de Julie Andrews, aunque ella se ahorró los embarazos y partos, y seguro que el «capitan» ya quisiera ser «el mugi»!
Y tú, ¿cómo quieres vivir tu vida?
Con cariño,
Silvia
