Admiro profundamente a las personas emprendedoras que se embarcan en esta aventura de dar alas a una idea garabateada en un cuaderno. Que se dejan la piel y no les asusta el éxito a lo grande. Javier encarna a la perfección con esta descripción. Él quería aportar su granito de arena para crear un servicio que realmente mejorara la vida de las personas. Y dio en el clavo con Ticketea encontrando una necesidad real en los usuarios consumidores y/o promotores de espectáculos. Escuchar su historia fue de lo más enriquecedor.